CONFINAMIENTO
No nos cansamos de decir que estamos en tiempos complicados, excepcionales, inimaginables hace un par de meses, nos han puesto en situaciones sin precedentes y teniendo que manejar aspectos de la contideanidad de forma completamente diferente.
El teletrabajo, el espacio/tiempo compartido con niños (mientras se teletrabaja en muchos casos), el sedentarismo obligado, la falta de luz solar, nos presentan nuevos retos a los profesionales de la salud mental, de los que no tenemos precedentes, no sabemos cómo afecta a la persona ni a la sociedad permanecer en casa tanto tiempo. Aunque lo vamos descubriendo…
La regulación emocional depende de estrategias que desarrollamos en función del ambiente y de las necesidades que nos genera. Si el ambiente cambia de pronto, es posible que nuestras estrategias no sirvan para la nuevas circunstancias y tendremos que crear otras nuevas. Esto no sucede inmediatamente y mientras nos vamos ajustando , la emoción puede desregularse. Es posible que todo acabe encontrando su equilibrio, pero también es cierto que la intervención terapéutica ayuda a generar esos recursos y agilizar ese proceso de adaptación.
A nivel biológico los cambiamos que estamos sufriendo son palpables, y cómo además reducimos la actividad externa estaremos más susceptible ante los mismos.
Algunos de los efectos que notaremos será falta de sueño, o hipersomnia, más ansiedad e irritabilidad, que se debe entre otras cosas al exceso de energía que no gastamos.
ENFERMEDAD E INCERTIDUMBRE
La rapidez con la que nos hemos encontrado en esta situación ha generado gran incertidumbre, no sólo en cuanto a lo que sucederá en el futuro, si no a la ruptura con el pasado de forma abrupta y sin aviso.
Poder padecer la enfermedad, padecerla y no saber cual va a ser nuestra evolución, tener a alguien ingresado y no poder acudir, los duelos sin despedidas o sin anticipación …. Todo son incertidumbres… La incertidumbre genera ansiedad. A esto se unen las situaciones que son potencialmente traumáticas.
La intervención psicológica puede ayudar en todas estas circunstancias, tanto aliviando como previniendo.